Mi reseña del episodio, que también publiqué aquí tanto en español como en inglés:
Recuerdo con claridad mi emoción cuando el creador anunció un episodio sobre Cervantes y El Quijote durante una proyección especial de El Ministerio del Tiempo al que asistí. Todos los de habla hispana compartimos la experiencia de leer el principio del libro y poder reconocer desde su primera irónica e icónica frase porqué se le considera una obra tan especial. Para aquellos que sigan leyendo, el curioso objecto de burla que Miguel de Cervantes conjuró como protagonista podría inspirar alguna sonrisa, y luego una profunda ternura al encontrarnos deseando su éxito a pesar de toda probabilidad o lógica, e incluso quizás la primera intención del autor.
Es un golpe maestro que los escritores de Tiempo de Hidalgos hayan conseguido despertar algo similar con su retrato de Cervantes. Es parte de la misión que Cervantes fracase en su obra de teatro, ¡pero por Dios quieres que lo consiga de todas maneras!
Claro que es Alonso, quien a lo largo de la serie se ha convertido de forma inesperada en el corazón del equipo, el que se pronuncia en contra de lo que le están haciendo a Cervantes. Hemos visto en varias ocasiones, incluido el caso del Guernica que se menciona en este episodio, como la honestidad y la pasión del arte cobra particular importancia para este leal soldado incómodo con el cinismo prevalente en el mundo moderno.
La universalidad de la experiencia humana incluso en épocas muy distintas también se aplica a las escenas entre Amelia y Lope de Vega. Está muy bien realizado como ambos personajes han cambiado desde su último encuentro, él por quince años y ella por toda una vida de experiencias en tan solo unos pocos meses.
Los nuevos guionistas clavaron lo mejor de la serie en un episodio lleno de detalles adorables, como la desazón de Pacino al ver que personas del siglo diecisiete entienden más de tecnología que él.
También es un episodio que avanzó las intrigantes tramas de los viajeros en el tiempo americanos y el topo en el Ministerio, con la grata reaparición de Lola para formar un tremendo trio de traidoras.
Los fans de Doctor Who reconocerán algunas similitudes con The Shakespeare Code, incluyendo escenas rodadas dentro de un teatro que es una fiel reconstrucción de uno antiguo, y con Vincent and the Doctor, cosa que ha admitido el creador. Esta bella escena es una gran idea tanto dentro de la narrativa (¡otra de Alonso!), como de forma metanarrativa, de nuevo por su sutil conexión con la vida real:
A Cervantes le molestó tanto la aparición de una falsa secuela a El Quijote (se dice escrito por alguien cercano a Lope de Vega), que escribió la segunda parte, si es posible aún mejor que la primera, en el año antes de morir. ¿Qué más se puede decir acerca de la indomabilidad de un soñador con algo que demostrar?