Jesús escribió:...
Jesús comentó esto en
este hilo, y vislumbré una posible idea para un capítulo alternativo...
De vuelta a casa.. de repente, Amelia notó algo extraño en el pasillo de su puerta que llamó su atención y la paró en seco, pasa por ahí tanta gente que casi ni cae en la cuenta, pero notó algo extraño, inusual, era como un pequeño zumbido, una intuición y se fijó al rededor suya, percatándose de que la numeración de la puerta que tenía a su lado no tenía concordancia, y era como una incisiva sensación de explorar, dicen la que curiosidad mató al gato, pero a una mente analista como la suya no puede pararla tal refranero.. así pues, miró más de cerca, escudriñó con las yemas de sus dedos las profusas hendiduras de la vieja madera, "esta puerta no es igual que las demás", abrió la puerta, atenta hasta el más mínimo crujir del pomo, y palpando la oscuridad su oído se agudizó, apreciando un resonar muy familiar a la par de diferente, "no parece funcionar como de costumbre", es más, ese sonido de tuercas parecía como fuera a tras pies..
Pronto la oscuridad dejaría paso al ronroneo del devenir de gente al fondo del pasillo, tal cual era habitual en los pasillos del MdT, "pero..", intenta asimilar de la misma forma rápida y avispada que de costumbre, pero siguen sin encajarle, se estremece mirando a ambos lados en cejo fruncido, "¿cómo es posible?", cómo una puerta del MdT podría conducir de vuelta al MdT, se da la vuelta y observa que es la misma extraña puerta..
Meditabunda y cabizbaja, se ensimisma intentando encajar las piezas, sube las mismas escaleras de siempre, se cruza con la misma disparidad de personajes de época, caminando con un murmullo en rezo sin sonsacar cómo era posible, sus pasos prestos a la oficina de Salvador para dar parte de ello e intentar determinar tal extraña puerta, cuando al ir a girar el pomo, como de costumbre, sus pensamientos son interrumpidos y sorprendida despierta ante una cristalera que se abre frente a ella al acercarse "¿he?..", mira más nerviosa aún, y empieza a fijarse que no hay pomo, que las paredes tienen otro color, que la secretaría es diferente, que no está Angustias y una moderna punk le pregunta "¿querías algo tía?", va y ven de cabeza inclinada intentando buscar lo que ya le era tan familiar y un paso atrás con la mirada desencajada, fija en la prominente cresta morada y fucsia de la china que replica "¿qué, tengo monos en la cara o qué?", intimidada, Amelia contesta "no.. no, perdón, me he debido equivocar".. a paso ligero intenta encontrar ese lugar tan familiar, y se para en seco delante de la puerta de la cafetería, perpleja, todo parece normal y a la vez tan distinto, siguen su monotonía de café y algunos aperitivos, sus gestos siguen siendo de cada época, pero la disposición de los elementos, esas letras luminosas en el aire, se mueven y parecen desplegarse por toda la cenefa de la cafetería, ese papel semi-transparente que destella imágenes en movimiento y textos.. "tengo que volver".. instintivamente echa a caminar a paso ligero, intentando no llamar la atención más de lo que ya lo haya hecho, el sudor frío del miedo la atormenta mientras intenta mantener la compostura, sabe que ha de actuar como ella misma, su papel es su época, y su misión es volver..
De manera innata, sigue los pasos de siempre escaleras a bajo, tuerce a la izquierda como siempre y hasta el fondo a mano derecha está su puerta.. la cruza sin más, esta vez el sonido es el de siempre, el pomo chirría como todos los demás días, quizás algo más duro al tacto, pero es su puerta de siempre.. la sorpresa la asalta de sopetón al dar cuenta de que los nervios nuevamente la han traicionado, ha cogido su puerta a 1880 en la Universidad de Barcelona, pero todo es nuevamente distinto, la disposición del mobiliario, los libros, las cajas acumuladas que casi no la dejan pasar.. "no puede ser, ¿me he vuelto a confundir?", su curiosidad la hace revisar algunos viejos periódicos polvorientos acumulados en lotes que la poca luz que entra le permite ver "1942 la guerra ha terminado".. "¿pero.. qué época es esta?", intenta salir a tropiezos entre las cajas y remangándose los bajos, con sumo cuidado e intentando no hacer demasiado ruido, ya está segura de que hay un desfase de fechas, pero quiere asegurarse de qué fecha está.. la puerta parece atrancada por un montón de viejos libros que la apuntalan "con razón esta habitación parece tan abandonada", lo intenta, pero parece imposible, así que pelea con los oxidados cerrojos de las contraventanas para abrir el ventanal, cuando escucha charlar a una pareja de la cual distingue una varonil voz de lo más familiar que la hace ceder en su forcejeo para atender a lo que dicen.. "no puedo dejar de pensar en esa pobre gente", rápidamente destellan sus neuronas "¿Julián?", "Marta, es que no te puedes ni imaginar la clase de impotencia..", "ya, ya.. déjalo Julián, se supone que os han dado este tiempo para desconectar y poder pasar página..", "ya, pero..", "pero nada, hemos viajado hasta aquí para que descanses, me hagas unas buenas fotos y podamos disfrutar de este estupendo sol".. Amelia deduce que debe ser una fecha posterior, pero muy cercana al 11M, "debe ser 2004, así que si han pasado 124 años desde 1880.. el MdT donde he estado es del.. año.. 2..1..39!!".. sigue embriagada por el devenir de las puertas mientras Julián y Marta pasean cerca, y se sobresalta al apoyarse Julián en el ventanal "se nos hace de noche Marta, pocas fotos podremos hacer".. no puede más que ofrendarle a Julián una silenciosa caricia de ternura sobre la contraventana, sabedora de que el drama que acaba de presenciar Julián no tendrá comparación con vivirlo en sus propias carnes "venga Julián, hazme más fotos, vamos rápido, sígueme!".
Presta, ya a resguardo de las risas de Marta a la carrera con Julián, Amelia se dirige nuevamente a la puerta, a trastabillas alcanza el pomo y vuelve, ya en esos pasillos de puertas futuras cierra los ojos un instante respirando profusamente y rememorar sus pasos para orientarse, "era por el pasillo de atrás", con paso firme pone dirección a esa extraña puerta, decidida a saltar nuevamente atravesando el tiempo, a cada paso la duda le asalta, ¿es una puerta que está funcionando mal?¿y si me lleva a otra época distinta?¿quién habrá puesto esta puerta?¿nunca antes la había visto?.. demasiadas dudas y ya estaba delante de la puerta, era un salto de valor, no había otra dirección que tomar "el tiempo es el que es", y empuña el pomo adentrándose en la oscuridad, nuevamente ese desacompasado girar de tuercas que la incomodan, pero de igual manera, nuevamente se encuentra en los pasillos "¿habré vuelto?", se pregunta en resignado suspiro, y a paso ligero sube los peldaños, es tarde y sus pasos resuenan por doquier, procurando amordazar el eco de sus tacones, aminora el paso, y entre nerviosa y calmada, se va reconfortando al reconocer esquinas y manchas en las paredes que acaricia con una sonrisa, cual infanta, cabecea en pausa para ocultar su reafirmada sonrisa, y amarrando los bajos con su puño izquierdo, emprende carrera a la oficina de Salvador, ha sido toda una aventura, pero ha de dar parte de ello..
Su paso acelerado acaba en la secretaría alegre de estar de vuelta "Angustias!!", "Hay!! hija, que susto me has dado, pero ¿tu no te ibas?", "no ya, pero he vuelto, ¿está Salvador?", "no hija, lo siento, Don Salvador se marchó poco después de que os fuerais los tres, ¿pasa algo?", inspira, aún con la sonrisa mordida entre sus labios y sus risueños ojos clavados en Angustias "no, no.. tranquila, ya mañana hablaré con él".. no había por qué alterar a la pobre mujer con lo que ha pasado por nosotros en la misión de hoy, mejor será que lo investiguemos mañana con tiempo, ahora será mejor que vuelva y descanse, que mi madre ya debe estar preocupada por mi..
Al día siguiente, Amelia expone las vivencias de la tarde noche de ayer, algo incrédulo, Salvador comprueba el ordenador, a la par, Irene le pide la libreta a Julián y la compara con Ernesto, ninguno encuentra la referencia que da Amelia, intrigados, bajan con ella Irene y Ernesto, pero al llegar al lugar.. la puerta no está, "¿cómo puede ser?, yo he cruzado la puerta, y la he cruzado dos veces, estaba en este pasillo, aquí en la derecha", Irene con mueca en interrogante mira a Ernesto de entrecejo fruncido "esto no me gusta Irene", "os juro que estaba aquí", "no lo dudamos Amelia, lo que no me gusta es que alguien haya sido capaz de internar una puerta del tiempo dentro del ministerio", "¿cómo puede ser eso posible Ernesto?, no hay precedentes de tal injerencia", "correcto Irene, nunca antes a existido una puerta al futuro en el Ministerio".
--- En fin.. no sé bien cómo de largo me ha quedado, espero que haya sido entretenido, yo me lo he pasado pipa escribiéndolo, seguro que se puede mejorar, así que espero vuestra colaboración ;p
Un cordial saludo, gracias por leer y no dejéis de imaginar ;1
PD. también he posteado una gracieta medio guionizada en
Mecánica de Sistemas, sobre el cuarto de fumadores, esa oficina tiene más miga de la que nos creemos ;p