Mensajepor el limpiabotas » Vie, 27 May 2016, 12:03
Cuando cambias de posición los hilos el dibujo del tapiz es otro.
El capítulo no es una crítica ni un ataque a la Iglesia Católica. Se elude la presencia de Angustias, la secretaria de Salvador, señalando que se encuentra en misión para ayudar a una desamparada, Constanza, protagonista del capítulo anterior, Hasta que el Tiempo nos separe, a encontrar refugio en un convento del 1800’s. Como otro elemento del capítulo que demuestra que es ajeno a la polémica con la Iglesia Católica, es que, quien ofrece consuelo final a un moribundo Rey don Felipe II es Amelia, con hábito monjil.
El uso de la Inquisición es un tópico, efectivamente, y esa es la intención. Ninguno de los rostros que viste el hábito dominico tiene identidad en el capítulo, y no son muy diferentes de los sicarios del Doctor No. Es un tópico que permite identificar a los malos del capítulo: soldadesca y oficiantes del tribunal. Los guionistas no tratan de discutir sobre la bondad y necesidad del Santo Oficio, simplemente es un fondo fijo sobre el que discurren los protagonistas.
El recurso de la homosexualidad… Bueno, es que uno de los personajes principales de la trama, Irene, es gay. Precisamente, para evidenciar la transformación que supone el asalto del Rey Prudente en nuestro tiempo, en el 2016 de la serie televisiva, es necesario jugar a las diferencias. Es una opción de los guionistas creer que en ese otro temporal la homosexualidad sería reprimida y castigada, frente a la tolerancia y normalidad de nuestro principio de siglo XXI.
Querido georgebailey, escribe: “hay una lectura anacrónica de la historia”… es una obviedad… de eso trata la serie, de jugar con la historia y hacer planteamientos diferentes, de abrir puertas y ver su contenido. Pero los tópicos son todo lo contrario, son caricaturas de un hecho conocido. Por lo tanto, hacer ambas acusaciones a los guionistas me parece mezclar agua con aceite… o es un tópico, o es un anacronismo…
Los anacronismos del capítulo: un Rey Felipe II conectado al mundo exterior, con ordenador portátil, teléfono móvil y alocución televisiva semanal a los ciudadanos de la Corona, el uso de pistolas de 9 mm por los tropas, cámaras de vigilancia en los mercados y plazas del siglo XVI, o la sustitución del potro de tortura por la picana eléctrica son los condimentos con los que sazonan el plato y le dan sabor, aunque sea no de su gusto, georgebailey. Pero no están fuera de lugar, porque precisamente de eso trata la serie: de golpear al espectador y agudizar su atención con elementos fuera de lugar.
La crueldad… Es que, en la actualidad, más allá de nuestros ‘limes’, vivimos en tiempos mucho peores que hace mil años. Y personas que se hacen llamar servidores de Dios no son ajenas a ella, no tratan de convencer sino de crean una nueva realidad, eliminando de manera absoluta cualquier discrepancia, haciéndola desaparecer. Pasa a un par de horas de vuelo… millones de personas están huyendo de unos fanáticos que tratan de imponer una ortodoxia asesina.
De Jordi Hurtado, ¿burla? ¿Por qué? ¿Qué tiene de ofensivo? La propia cadena episcopal, COPE, en su magazín vespertino de información, La Linterna, finalizan el programa, y la programación del día, haciendo lectura del día siguiente…. Lo que en ocasión provoca alguna chanza entre presentador y colaboradores… La escena de Jordi Hurtado recoge un ejercicio de memoria en el que un supuesto concursante da la respuesta correcta de fecha con efeméride religiosa. Todo lo contrario a una burla, es un homenaje a dichas festividades. Y los guionistas han querido remarcarla, como escribo, no en burla, sino como homenaje.
Como, muy indirecto, pero homenaje, es el que Carlos Hipólito, un grande de la escena, represente en la pequeña pantalla a un grande de la historia, a Felipe II.