Muchas veces se ha especulado sobre este tema y aunque cuesta creer que la historia podría haber sido peor, lo cierto es que se me ocurren algunos escenarios por los que es un acierto el que esa copita de cianuro acabe en el suelo y no en la garganta del dictador.
Los hechos de Hendaya tienen lugar 23 de octubre de 1940. En ese momento el pacto germano-soviético de no agresión es plenamente vigente. La decisión de atacar a la Unión Soviética no fue confirmada por Hitler en una asamblea de guerra hasta el 18 de diciembre de ese año y la rotura efectiva del pacto no tuvo lugar hasta junio del 41.
Sería muy inocente pensar que con la muerte de Hitler la guerra iba a detenerse. ¿Qué hubiese pasado si, en vez del conocido führer, hubiera sido otro quien tomara el mando del partido nazi?
De ser Himmler o Goering podemos suponer un exterminio mucho más exhaustivo del que ya hubo. Quizá Goebbels o Heß hubiesen sido más moderados.
En cualquier caso, Rusia no tenía ninguna intención de entrar en la guerra. Fue el ataque de Hitler lo que empujó a Stalin a unirse al bando aliado. ¿Habrían ganado la guerra las fuerzas aliadas de no contar con su ayuda? Recordemos que Stalin era un dictador, que posiblemente tenía más cosas en común con los fascistas que los capitalistas.
Sin Hitler es imposible prever si el resultado de la guerra hubiese sido el mismo. Quizá ahora viviríamos en un mundo de totalitarismos.
Y lanzó una última reflexión más aterradora si cabe. Teniendo en cuenta que tanto Alemania como EE.UU contaban con sus propios programas nucleares ¿Qué hubiese pasado si, al descubrir la bomba atómica, estados unidos se hubiese encontrado perdiendo la guerra en vez de ganándola?